OTRA "PIEDRA" EN EL CAMINO


He estado desaparecida de aquí durante un año, pero hoy vuelvo con nuevas historias. En estos momentos me encuentro en Guadalajara. Decidí venir a México a tomar un receso laboral y emocional después de todo lo que significó 2019 para mí. Desde 2015 soñaba con visitar este país y el sueño se ha cumplido. Cerré el año en medio de un romance, no sé si llegó a esa categoría, lo cierto es que me encontré con un viejo amor de juventud y terminamos reinventando nuestra aventura. A él lo conocí cuando apenas tenía dieciocho años, pero en esa época yo no estaba preparada para el tipo de relación que me proponía. Ahora tampoco, pero decidí entrar ahí siendo consciente del riesgo, así como el 20 de enero decidí venir a México sin siquiera despedirme de él.
Nos reencontramos en septiembre y durante cinco meses estuvimos en contacto. Al principio yo logré mantenerme muy distanciada de él porque no quería apegarme, y siento que lo logré. Me visitó en vacaciones en mi ciudad y pasamos una semana extraordinaria. Luego yo me desaparecí por completo de su vida, volví a tener contacto con él en navidad, a pocas semanas de mi viaje a México. Me invitó a pasar una semana en su casa y yo acepté con la plena consciencia de que esa sería nuestra despedida, y así fue. Estuvimos juntos la semana anterior a mi viaje, salí de su casa rumbo al aeropuerto sin contarle nada sobre mis planes. Yo no quería apegarme, pero al estar esos ocho días en su casa terminé enganchada y sufriendo.
Llegué a México destrozada pero resuelta a dejar atrás mi pasado. Empecé a hacer todo lo posible por sacarlo de mi vida, cuando logró contactarme le dije que me había ido muy lejos y no lo quería más cerca de mí porque ese vínculo me estaba haciendo daño. Él me propuso que siguiéramos manteniendo nuestra relación de amantes, yo no acepté. Me despedí con una carta en la que le expresaba de forma abierta mi sentir y le agradecía por la experiencia vivida. Aunque sufrí a lo pendejo, ese encuentro con él me siguió mostrando mis más profundas heridas. Me reveló que aún no estoy preparada para iniciar ningún tipo de relación porque me puso frente al duelo irresuelto de mi divorcio. Me mostró que esa herida todavía duele y que le falta tiempo para sanar. Me enseño que no debo aceptar menos de lo que merezco y que por estar vibrando en carencia afectiva, sigo atrayendo personas que tienen poco que ofrecer y que no pueden con su vacío corazón.
Después de enviarle la carta, lo bloqueé de todas mis redes sociales y emprendí mi tratamiento de desapego. Decidí ir a pasar dos meses a Puebla mientras me recuperaba de ese desamor. Las primeras semanas fueron muy dolorosas porque estar sola en un país distante y en medio de otro duelo, me traumó. Al cabo de un mes ya el asunto estaba casi resuelto, pero eso no fue automático, tuve que dedicarme por completo a trabajar en mí y a fortalecer mi autoestima para convencerme de que no podía seguir tolerando lo intolerable, ni conformándome con menos de lo que yo merecía. Empecé a ir a grupos de terapia psicológica grupal, me anoté en clases de yoga y empecé a participar de diferentes espacios académicos. Emprendí la escritura de una investigación que tenía aplazado hacia bastante tiempo. En fin, ocupé mi mente y de ese modo liberé mi corazón.
Esa temporada en Puebla fue realmente enriquecedora, logré reencontrarme con mi paz interior y desarrollar mis talentos, emprendí nuestras actividades y conocí muchas personas, unas positivas, otras negativas, pero todas me dejaron grandes enseñanzas. De hecho, tuve que salir de la ciudad por un lío que tuve con el dueño de la casa donde vivía. Se molestó porque no accedí a tener sexo con él y el ambiente se tornó tan tóxico que tuve que coger mis maletas y venirme a Guadalajara, donde me encuentro viviendo en aislamiento social desde el pasado 18 de marzo. En próximos días les contaré cómo ha sido este proceso de estar aislada en un estado donde no conozco a nadie, sin yoga, sin terapia, sin roomies, sin personas tóxicas con las cuales entrar en conflicto. Enfrento actualmente el conflicto conmigo misma, el mayor de todos los que he vivido durante casi treinta años de vida.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ENTRE LA SOLEDAD Y LOS AMORES FURTIVOS

60 DÍAS DE BOHEMIA

EN MEDIO DE HOMBRES TÓXICOS Y ABUSADORES